Fiesta del lacón con Petelo de A Cañiza

A mediados de marzo, la localidad pontevedresa de A Cañiza celebra esta festividad, conocida como la fiesta de invierno. La Plaza Mayor acoge durante el fin de semana numerosas actividades ambientadas en la época de los años 20 a 40 del siglo pasado.

Con la celebración de esta fiesta que prácticamente cierra la época invernal, se pretende conseguir dos objetivos: potenciar el gusto por la comida tradicional gallega, recuperando una costumbre casi olvidada y convertir el evento en una plataforma para promocionar la hostelería de la Villa que está respaldada por contar con los mejores productos cárnicos de Galicia al poseer, A Cañiza, un microclima especial que permite que el curado de las carnes del cerdo consiga un nivel excelente.

Así A Cañiza completa la oferta gastronómica del jamón con la celebración de dos fiestas: una en invierno y otra en verano, La Feria del Xamón que se celebra el 15 de agosto.

El petelo es el producto que se obtiene de amasar la harina de maíz en el agua del caldo. Una vez hecha la masa se elabora lo que viene a ser una pieza redonda apelmazada que se mete en el caldo, sin ningún elemento fermentador, para que cueza al mismo tiempo y así absorba todos los sabores de los ingredientes del cocido que es lo que lo hace especialmente sabroso. El tiempo de cocido es de 15 minutos aproximadamente.

Se sirve en la comida gallega cortado en rodajas de 2 centímetros, mezclado con el lacón, chorizo, cacheira verdura y patatas.

La preparación del petelo tiene una singularidad que radica en el molido de la harina de maíz. Cuando se molía el maíz en los molinos del río, la harina más fina era la que se recogía en sacos aparte para hacer las papillas de los críos y también para elaborar los típicos petelos. Esta harina fina también se llamaba harina de gomo y se diferenciaba de la harina más gorda que se utilizaba para otros menesteres.

El petelo es un producto de la postguerra que ayudó a muchas familias a paliar las necesidades y escaseces que vinieron una vez finalizada la Guerra Civil española. Los cañicenses, gracias a la abundancia de maíz en estas tierras, tomaron este elaborado para sustituir a otros alimentos.

Los mayores también recuerdan que antiguamente con lo que sobraba del mediodía se aprovechaba a la noche en la cena, pasando el petelo por la sartén, cocinándola con la grasa de freir los chorizos y los huevos.

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